sábado, 5 de marzo de 2016

INFORMACION GENERAL - DEPORTE Y SALUD

¿A qué edad es aconsejable comenzar a hacer deporte?
Durante los primeros años de vida la actividad física ayuda a desarrollar nuestras formas básicas de movimiento, y a incorporar patrones que en el futuro podrán servir para la práctica deportiva

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No hay restricciones de edad para comenzar a realizar deportes o actividad física. (www.skinnymom.com)
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En la actualidad, uno de los problemas que se nos presenta es la vida sedentaria, independientemente de la edad que se tenga, puesto que las obligaciones diarias no dejan demasiado tiempo para poder llevar a cabo la práctica de alguna actividad física o deporte.
Por lo tanto, se debe aprovechar cualquier situación cotidiana que nos permita estar más tiempo en movimiento, como subir escaleras, ir caminando al trabajo o a la escuela.
Los beneficios son innumerables, y como no existe una actividad física ideal, se considera ejercicio a aquel que va desde el deporte de competición hasta un simple paseo, ya que la actividad que se elija será adecuada dependiendo de la edad, el estado de salud, y la personalidad de cada uno.
–¿En qué etapa de la vida conviene comenzar a practicar un deporte?
Si bien en el ámbito de la Educación Física existen las llamadas “fases sensibles”, en referencia a períodos particularmente favorables para la incorporación y el desarrollo de las cualidades físicas, se considera que el inicio de la práctica de cualquier deporte tiene más que ver con las ganas de iniciarse que con la edad.
Lo importante, es que uno debe suponer que comenzar un deporte implica un compromiso mayor que comenzar una actividad física. Para lo primero, se requiere un esfuerzo superior por el progreso y tener ansias de resultados positivos, independientemente de que estos lleguen o no; como también es preciso dejar las individualidades de lado, para volcarse al trabajo grupal o con otros.
De acuerdo a estos puntos, y teniendo en cuenta otros aspectos del desarrollo psicomotriz, se puede decir que durante la primera infancia uno comienza a iniciarse en el deporte, pero trabajando su costado más lúdico, las formas jugadas, por lo cual no va a existir el deporte de manera pura. Para el resto, no hay restricciones.
–¿Por qué es importante realizar actividad física desde pequeños?
Desde el nacimiento, el movimiento es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo y el aprendizaje. Moviéndose, uno conoce y se reconoce. Moviéndose con otros, uno puede tomar dimensión del resto y de qué lugar ocupa en ese espacio compartido.
Durante los primeros años de vida la actividad física ayuda a desarrollar nuestras formas básicas de movimiento, y a incorporar patrones, que en el futuro podrán servir para la práctica deportiva, o para la ejecución eficaz de movimientos cotidianos.
–¿Se puede decir que una persona que hace deporte es más sana que aquella que no lo practica? ¿Por qué?
El “deporte” no es lo que marca la diferencia, sino la actividad física constante, y de moderada a intensa. Una persona que se mueve, pone en funcionamiento a todos sus órganos y sistemas, lo que hace suponer que estará más saludable, enérgica y vigorosa que una persona sedentaria. Los beneficios de la ejercitación física son innumerables, por lo cual es altamente recomendable.
Algunos de los beneficios son la prevención de enfermedades cardíacas, disminución de la grasa en la sangre y con el tiempo, las adiposidades corporales, el aumento de la capacidad aeróbica y la disminución de la frecuencia cardíaca (por lo que los quehaceres cotidianos resultarán menos forzosos), mantiene o mejora los niveles de fuerza, velocidad, flexibilidad, resistencia, y coordinación general. Y algo muy importante para nuestros días: ayuda a reducir el stress, liberar tensiones, combatir ansiedades y depresión, mejorar la autoestima, y  el descanso nocturno.
–Si un adulto quiere comenzar a practicar un deporte y nunca en su vida ha ejercitado, ¿puede empezar a hacerlo ahora? Si es así, ¿qué deberá tener en cuenta antes de comenzar?
No hay restricciones de edad para comenzar a realizar deportes o actividad física. Lo importante es estar aptos y para eso se recomiendan exámenes de rutina y un aval médico, que nos garantice salubridad. Luego, se sugiere trabajar progresivamente y siempre que se pueda, con un profesional idóneo que pueda guiarnos, cuidarnos y asesorarnos.
DIABETES Y ACTIVIDAD FISICA
En el desayuno, tostadas con manteca y dulce de leche. A media mañana, un alfajor. Por la tarde, mate y bizcochitos. A pocos les resultaría un disparate aplicar ese menú en su rutina diaria. Y para muchos es algo cotidiano, junto con las hamburguesas, las papas fritas, los dulces, los fiambres y las gaseosas azucaradas. Sumado al sedentarismo al que invitan las pantallas (el celular, la televisión, la Play, el iPad) la mesa para el avance a pasos agigantados de la diabetes está servida.

Las luces de alarma están encendidas en los sistemas sanitarios de todo el continente americano (y del mundo), donde hay alrededor de 62,8 millones de personas con diabetes, según cifras de 2011 de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ya es una de las principales causas de muerte y discapacidad en la región y el pronóstico es altamente preocupante: si la tendencia se mantiene, en 2030 habrá casi 30 millones de enfermos más, lo que supone un salto del 50% en menos de 20 años. En Argentina, la prevalencia de la diabetes en la población adulta es del 9,6% (2,5 millones de personas).

La diabetes es una enfermedad crónica, no transmisible, que se caracteriza por niveles elevados de azúcar en sangre. Nueve de cada diez pacientes padecen el tipo 2 (son resistentes a la insulina o la producen en forma inadecuada), antes también conocida como “del adulto” porque hasta hace unos años diagnosticarla en un menor de 40 era un hecho inusual. Hoy ya no lo es.
La prevalencia de la enfermedad “aumenta en forma muy marcada, hablamos de una epidemia. Tiene relación con la abundancia de la ingesta calórica y con el sedentarismo. Esto lleva a la obesidad y la obesidad predispone a muchas cosas, entre ellas a la diabetes tipo 2”, explicó a Clarín Pablo Arias, presidente de la Sociedad Argentina de Diabetes. El médico endocrinólogo apuntó a los cambios negativos en el estilo de vida “que hacen que esto se convierta en una amenaza cada vez mayor”.

Los expertos hablan de la “cocacolización” de la vida cotidiana, fenómeno en el que las gaseosas, la comida chatarra y el uso del auto predisponen a la aparición de la enfermedad en edades cada vez más tempranas. “Los chicos no hacen deporte. La Play desplazó al club de barrio. Y cuando hay que recortar presupuesto siempre se recorta en horas de gimnasia”, cuestionó Arias. El aumento en el número de casos responde también al crecimiento en la expectativa de vida y en una mayor conciencia sobre la enfermedad, que hace que se consulte más rápido y se diagnostique más. También, a factores ambientales.
Si bien acertó en las causas que favorecen su aparición, la presidenta Cristina Kirchner erró al referirse a la población a la que afecta principalmente: “Es una enfermedad de gente de alto poder adquisitivo, porque son sedentarios, porque comen mucho”, dijo el mes pasado y despertó críticas. Los resultados de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2009 realizada por el Ministerio de Salud de la Nación contrastan con su afirmación: la enfermedad es más frecuente en personas de mayor índice de masa corporal, de más edad, en mujeres y con un bajo nivel de remuneración. Y datos de la OMS señalan que casi el 80% de las muertes por diabetes se producen en países de ingresos bajos o medios.

Una vez detectada la enfermedad “la gran mayoría de los pacientes con diabetes tipo 2 lo que necesita es hacer una dieta saludable, actividad física recreativa de tres horas por semana (unos 30 minutos diarios) y tomar medicamentos que tienen un costo relativamente bajo, la metformina entre ellos”, indicó Arias. Para quienes requieren mayor carga farmacológica, los laboratorios han lanzado y trabajan en la mejora de tratamientos basados en GLP1 y en insulinas más planas y de mayor duración que están dando buenos resultados en el control del peso y en la reducción de las hipoglucemias, uno de los mayores temores de los diabéticos.

“El paciente ideal es el que hace ejercicio, que sabe comer, que se chequea, que alcanza las metas de control y que a largo plazo mantiene el tratamiento”, afirmó el mexicano Rafael Violante, miembro del Consejo de la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD), en una cumbre de líderes sobre diabetes realizada recientemente en Lima, Perú. Además del azúcar en sangre, el diabético debe mantener controlado su colesterol, la presión arterial, el peso y los triglicéridos. También evitar el tabaco y el alcohol. Para Arias, que es también profesor titular de la cátedra de Fisiología Humana de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario, el automonitoreo de la glucemia con medidores de glucosa domiciliarios es una “herramienta fundamental” a la que todos los pacientes deberían poder acceder.

El menú saludable del paciente diabético debe incluir legumbres (arvejas, lentejas, porotos), pescado, pastas secas al dente y verduras frescas, precisó Mónica Katz, directora de la carrera de médico especialista en Nutrición con orientación en Obesidad de la Universidad Favaloro. Además de las bebidas azucaradas, entre los desaconsejados se encuentran las tortas, las papas fritas chips, los fiambres, las barras de cereales energéticas y las hamburguesas triples, entre otras comidas, indicó la autora del libro “Somos lo que comemos”.

Pese a ser silenciosa y muchas veces asintomática (algunas señales de alerta pueden ser orinar mucho, perder peso, la falta de energía y la sed excesiva), la diabetes acarrea graves riesgos si no se la controla. Puede causar ceguera, daños en los riñones (insuficiencia renal) y en los nervios (llegando en algunos casos hasta la amputación). También incrementa severamente el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, de hecho el infarto cardíaco es la la principal causa de muerte del paciente con diabetes.

Como en casi todas las enfermedades no transmisibles, el secreto está en la prevención, que incluye una alimentación adecuada y una buena dosis de ejercicio físico. Por eso, Arias aconseja “reforzar todo tipo de actividad que tenga que ver con la promoción de los hábitos saludables en la alimentación y se debe comenzar con los chicos porque después es más difícil cambiarle la forma de comer al adulto

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